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Cuaresma 2024, tiempo de penitencia: ¡renuncia a Fiducia supplicans! (Carta pastoral)

What is the truth
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Published on 21 Mar 2024 / In News and Politics

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El período de Cuaresma en estos tiempos extraordinarios de gran apostasía es un período de necesidad imperiosa del arrepentimiento. La declaración de Jesús sobre el arrepentimiento atañe a cada uno de nosotros. «El tiempo se ha cumplido y el reino de Dios se ha acercado. Metanoite, cambiad de mentalidad y creed en el Evangelio» (Mc 1, 15). «Si no os arrepentís, todos pereceréis» (Lc 13, 3).
¿De qué está obligado a arrepentirse cada católico, cada sacerdote, cada religioso y cada obispo? Todos deben arrepentirse de apostasía pública. El inválido papa Francisco Bergoglio, a través de la herética declaración Fiducia supplicans, ha transformado la Iglesia católica en la anti-Iglesia de la Nueva Era. Este pecado es mayor que el de aquellos que ofrecieron sacrificio a los ídolos paganos —demonios— y así se convirtieron en traidores a Cristo, apóstatas, traditores. Durante el reinado del emperador Decio (249-251), hubo una cruel persecución contra los cristianos. En Nicomedia (la actual Izmit, en Turquía) vivía un hombre procedente de una familia ilustre llamado Codrato. Inició el procónsul Perenio la persecución aquí. A Codrato, que era cristiano, le obligaban a realizar sacrificios a los ídolos paganos. Él respondió: «No me postraré ante ídolos muertos. No temo ni a los demonios ni a ti, que solo tienes un poder temporal. Dentro de poco iré a mi Dios, y tú gemirás amargamente para siempre porque no quisiste conocer a Dios». Perenio ordenó que lo torturaran cruelmente. Antes de eso, mandó que trajeran a los cristianos que habían renegado de Cristo a través de un acto de hacer sacrificio a los ídolos. Tenían la tarea de persuadir a Codrato para que se inclinara ante los ídolos. Codrato, sin embargo, aprovechó la situación y, aunque cruelmente torturado, pronunció estas palabras: «Oh insensatos, ¿por qué no habéis sufrido un poco? ¿Por qué os habéis asustado del tormento? ¡Habéis renunciado a Cristo! ¿Por qué os habéis entregado al diablo? ¿No habéis creído en la resurrección de los muertos? ¿No habéis oído hablar del juicio de Dios? ¿No tenéis miedo del fuego inextinguible del infierno? ¿Cómo os sostendréis ante el tribunal de Dios? ¡Entrad en razón! ¡Daos cuenta de quién os habéis apartado! ¡Por esta vida temporal y miserable os habéis alejado del reino eterno de los cielos! ¡Habéis despreciado a vuestro Señor Soberano del universo! ¡Os habéis hecho esclavos del diablo! ¿Habéis olvidado las palabras del Señor en el Evangelio? Él dijo: “No temáis a los que matan el cuerpo, pero no pueden matar el alma”» (Mt 10,28). En cuanto lo dijo Codrato, los cristianos cobardes alzaron su voz diciendo: «Oh siervo de Dios, ¡temíamos los tormentos y nos dejamos extraviar como rebaño mudo! Queríamos vivir aquí un poco más y al negar a nuestro Señor ya hemos muerto a la vida eterna venidera. ¿Qué haremos ahora nosotros, malditos pecadores?» Viéndolos llorar, el santo mártir Codrato les dijo: «¡Ánimo, hermanos, no desesperéis! Nuestro Señor es misericordioso; caed a sus pies, y con lágrimas y arrepentimiento confesad valientemente a Cristo. Él os limpiará con Su sangre, y vosotros expiaréis vuestra traición con vuestra sangre». Lloraron profusamente y permanecieron largo rato tendidos boca abajo en el suelo. Luego esparcieron polvo sobre sus cabezas y se golpearon el pecho con piedras. Su llanto era tan fuerte que toda la ciudad se reunió, y todo el pueblo quedó desconcertado al ver a los cristianos llenos de tanto dolor por su apostasía. Perenio ordenó torturar aún más al santo mártir Codrato. Y a estos cristianos arrepentidos los condenó a ser quemados, cada uno en su ciudad natal.
Reconozcamos contritamente que el pecado de apostasía al que el inválido papa Francisco arrastró a los católicos a través de Fiducia supplicans es aún mayor que la traición de los traditores que sucumbieron a la amenaza de tortura y muerte y traicionaron a Cristo.
Los mártires preferían sufrir torturas y muerte antes que inclinarse ante los ídolos. En 2019, el ilegítimo papa Francisco Bergoglio participó activamente en un ritual pagano de invocación de demonios junto con brujas y magos de la Amazonia en los Jardines del Vaticano. Luego entronizó públicamente al demonio Pachamama en la basílica de San Pedro. En 2022, se entregó públicamente al diablo bajo la dirección de un brujo en Canadá. Este es un pecado manifiesto contra el primer mandamiento. Es una apostasía abierta que no tiene paralelo en la historia de la Iglesia. Resulta muy obvio que este hombre no puede ser el representante visible de Cristo en la tierra, pero según las Escrituras, la constitución dogmática y las enseñanzas de los doctores y padres de la Iglesia, se ha excomulgado a sí mismo de la Iglesia. Esta es la enseñanza de la Sagrada Escritura y la tradición eclesiástica.
¿Qué es Fiducia supplicans? Es un evangelio falso, una doctrina falsa, contraria a las Escrituras, a la tradición y las enseñanzas de todos los doctores y padres de la Iglesia. Es una rebelión abierta contra Dios y una apostasía pública de Cristo y Su Evangelio. Al aprobar, e incluso bendecir uno de los pecados más graves, la declaración Fiducia supplicans niega la esencia del credo, a saber, la verdad sobre el Hijo de Dios que se hizo hombre para salvarnos del pecado. Por nuestra parte, la salvación está condicionada por el arrepentimiento. Sin embargo, si mediante la legalización de la sodomía se niega el pecado como tal, el sufrimiento de Cristo para salvarnos del pecado fue en vano. Además, la negación y bendición del pecado eliminan el Decálogo, porque al pecado ya no se le llama pecado y ya no hay distinción entre el bien y el mal. Quien acepta la enseñanza de Fiducia supplicans, que introduce la bendición y legalización del pecado de sodomía, renuncia públicamente a Dios Creador y Salvador, así como a su propia salvación, porque ha elegido amar la mentira y odiar la verdad que lo salvaría. A causa de este orgullo y rebelión diabólicos, tales obispos, sacerdotes o creyentes católicos han pronunciado contra sí mismos la sentencia de muerte eterna y a la hora de la muerte, les espera la condenación eterna en el infierno. Han cometido el pecado contra el Espíritu Santo (v. Mt 12, 32).
Dios anuncia en Gálatas 1, 8-9 que el pseudoevangelio ―incluida Fiducia supplicans― le ha acarreado al pseudopapa Francisco Bergoglio el castigo de exclusión de la salvación eterna, es decir, la condenación eterna en el infierno. Ha cometido blasfemia contra el Espíritu Santo (v. Mt 12,31). Este castigo recae también sobre todos aquellos que aceptan y difunden este pseudoevangelio.
¿Cuál es la solución? Solo hay una: metanoia, arrepentimiento. Esto implica la renuncia a Fiducia supplicans.
¿Cómo hacerlo en la práctica? Todo obispo verdaderamente católico debe rechazar claramente Fiducia supplicans. Esto es lo que han hecho los obispos de África, Polonia, Hungría y otros.
El obispo diocesano debe hacer esta renuncia en una carta pastoral dirigida a su diócesis. Los obispos auxiliares pueden hacerlo de otra manera pública. Si dicho obispo recibe luego un decreto del papa inválido y de su secta que lo destituye de sus funciones en la diócesis, está obligado en conciencia ante Dios a continuar en el cargo aunque haya superado la edad de 75 años. Debe, como buen pastor, proteger a su rebaño espiritual de la herejía suicida de Fiducia supplicans. Los decretos iniciados por un pseudopapa que se ha excomulgado a sí mismo de la Iglesia son nulos, inválidos y sin ningún efecto. Esta es la enseñanza de la Iglesia basada en las Escrituras y la tradición de la Iglesia.
¿Qué debe hacer un sacerdote católico? Debería salir de su aislamiento y formar un colegio sacerdotal con otros sacerdotes católicos ortodoxos para defender la fe y salvar almas. Juntos, que animen al obispo indeciso a dar el paso radical de separarse de Fiducia supplicans. Si un obispo promotor de Fiducia supplicans excomulga a sacerdotes ortodoxos, que informen verazmente a sus fieles y no se vayan. Los sacerdotes deben instruir a los creyentes en el sermón, y al final cada creyente puede acercarse al sacerdote de la misma manera que cuando van a la sagrada comunión. El sacerdote les pregunta a cada uno de ellos: «¿Renuncias a Fiducia supplicans?». El creyente responde: «Sí, renuncio. Amén». Esta profesión de fe y renuncia a Fiducia supplicans se hace ante una gran multitud de ángeles y santos, y está escrita en el libro de la vida de cada persona. Nadie se salvará por el falso antievangelio de Fiducia supplicans y su falsa fe. Por otro lado, si un sacerdote partidario de Fiducia supplicans respalda públicamente esta declaración herética o intimida a activistas laicos que alientan en privado a los fieles a renunciar a la declaración suicida, los creyentes deberían separarse de la influencia de dicho sacerdote. Hay serias dudas de que un sacerdote con este espíritu del Anticristo celebre válidamente la liturgia. El Espíritu Santo ya no obra a través de él.
¿Qué se supone que deben hacer los fieles? Si el sacerdote de la parroquia es pasivo, que comiencen una misión para ayudar a salvar a la gente del impacto de Fiducia supplicans suicida. Pueden utilizar las redes sociales y esta carta pastoral para tal efecto. Las personas jubiladas pueden llevar a cabo esta misión en conversaciones individuales con sus amigos y conocidos y explicarles personalmente la trágica situación de la Iglesia tras la publicación de Fiducia supplicans. Pueden hacerles firmar un breve formulario de renuncia preparado previamente, o cada uno puede escribirlo de su puño y letra: «Yo, Juan Pérez, renuncio al antievangelio de Fiducia supplicans. Fecha .......... firma ……….».
Resulta conveniente que también firmen dos testigos. La persona de que se trata conservará este formulario de renuncia. Puede compararse a un pasaporte para cruzar las fronteras del reino de los cielos en la hora de la muerte. Su copia se encuentra en el libro de vida de la persona dada.
Esta misión también se puede realizar por correo, mediante cartas dirigidas a hombres y mujeres católicos concretos. Quienes se niegan a separarse de Fiducia supplicans difícilmente podrán sostenerse en la hora de la muerte. Los que se burlan, intimidan o amenazan a los fervorosos activistas misioneros dejan en claro a quién sirven. Sirven al espíritu de mentira y muerte. «Amaron la mentira y no recibieron el amor de la verdad para ser salvos» (cf. 2 Ts 2, 9-12).
En la trágica situación actual, a través de Fiducia supplicans, se ha impuesto fraudulentamente a los católicos un falso evangelio (cf. Ga 1, 8-9), mediante el cual nadie se salvará. Es una rebelión contra Dios y una negación de las Escrituras y la tradición eclesiástica. La única solución es el verdadero arrepentimiento. Éste comienza con el paso de renunciar a Fiducia supplicans suicida.
A todos los fieles a Cristo,
bendiciones de los obispos del Patriarcado católico bizantino

11 de marzo de 2024

Dile al menos a una persona sobre esta carta pastoral.

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